Orìgenes

                Antes de describir la capacidad de adaptación de los monstruos mitológicos y su evolución hasta las sorprendentes creaciones de hoy día en los siguientes apartados, vamos a hablar un poco sobre los orígenes de las bestias de la mitología griega y romana. En varios libros o webs de internet puede leerse que estas criaturas tienen su origen en los miedos del hombre. Como ahora explicaremos, no siempre es exactamente en los miedos del hombre en sí sino en los miedos que nacen ante hechos reales y materiales desconocidos.

            La relación del mito con los sentimientos internos del hombre viene perfectamente bien explicado en un capítulo del libro de G. S. Kirk La naturaleza de los mitos griegos, “Los mitos como producto de la psique”. El autor nos dice: “Si los mitos tienen una intención y una referencia más allá de su significado superficial como narraciones […] entonces se sostiene que su referencia fundamental primaria no es la sociedad o el mundo exterior, sino los sentimientos del individuo.”(2002, 71). Si los mitos vienen del interior, los monstruos nacerán del miedo, de la angustia, del temor.

            Pero como hemos dicho antes, muchas veces esos miedos se producen por circunstancias reales de terror. Charles Gould dice en Monstruos mitológicos que muchas de las criaturas monstruosas no son imaginaciones falsas sino que pueden estudiarse de forma racional (1997, 10). Parece cierto que muchos monstruos mitológicos surgieron por el miedo ante un hecho real que resultó desconcertante.

            Gould explica el origen del dragón, serpiente, unicornio o fénic chino. Nosotros hemos buscado el posible motivo real de algunos monstruos de la mitología griega y romana. Para eso hemos revisado una a una las entradas de dos diccionarios de mitología y monstruos: Diccionario ilustrado de los monstruos de Massimo Izzi y Diccionario de mitología griega y romana de Joël Schmidt. Veamos algunos casos:

Ø  Escila. El episodio de Escila que se lee en la Odisea podría ser el relato  del encuentro con un cefalópodo gigantesco. Es una hipótesis antigua (Izzi, 1996, 165).

Ø  Gorgonas. Su origen puede estar relacionado con una tribu de guerreras capitaneadas por la reina Medusa. También se las ha relacionado con tres navíos que comerciaban en las costas de África. (Izzi, 1996, 210).

Ø  Centauro. Esta figura parece proceder del hecho de que los tesalios, hábiles en el arte de la equitación, eran identificados con sus monturas por los griegos (Schmidt, 1995, 56).

Ø  Arpías. Su apariencia puede ser una manifestación de la sequía, el hambre y las epidemias (Schmidt, 1995, 24).

Un caso especialmente destacado es el del cíclope.  El libro de los animales misteriosos dedica un capítulo a este enigma, “El misterio del cíclope”. La leyenda del cíclope surgió al encontrarse extraños cráneos, bastante mayores que los de un ser humano, con pequeños colmillos y un gran agujero encima de la cavidad nasal. Estos cráneos se encontraban en islas del Mediterráneo como Sicilia, Creta o Malta. Hoy en día se sabe que esos huesos son de un pariente del elefante. Pero los primeros griegos no sabían de la existencia de estos animales, ni que el gran agujero del cráneo pertenecía a la salida de la trompa, por lo cual lo atribuyeron a un ser enorme con un solo ojo.